Lo que pasa es que tu sistema nervioso está funcionando mal, como si estuvieras en peligro constante.
Y cuando eso ocurre, tu digestión pasa a un segundo plano.
Cuando tu sistema nervioso está en modo alerta, tu cuerpo activa un programa de emergencia.
Y en ese estado, la digestión se detiene, se ralentiza o se distorsiona.
No importa lo que comas o dejes de comer si tu cuerpo está en modo supervivencia.
Porque cuando vives alerta, contraído, sobrecargado… ni los probióticos, ni las enzimas, ni la dieta más perfecta del mundo pueden hacer su trabajo.
Tu cuerpo lo intenta, pero no puede regular lo que tú no has tenido tiempo aún de "sentir".
Porque tu cuerpo está convencido de que tiene que sobrevivir, no digerir.
Y esto se traduce en:
🔴 Hinchazón incluso comiendo saludable.
🔴 Digestiones lentas o pesadas, que se sienten “atascadas”.
🔴 Ganas de comer sin hambre, o cero apetito sin razón aparente.
🔴 Un cansancio profundo que no se va ni durmiendo.leno” desde que te levantas.
🔴 Un cansancio profundo que no se va ni durmiendo
🔴 Y esa intuición interna de que algo no está bien…